Combate a las drogas, catástrofe global

El combate contra las drogas ha sido un fracaso, no sólo en Estados Unidos. En México los indicios y datos hablan de la catástrofe que ha significado, pues no ha dado resultados en materia de salud ni de seguridad con respecto a lo que ocurría hace 10 años, cuando nos lanzamos sin un diagnóstico claro y sin objetivos explícitos a esta lucha que no tiene sentido, señalaron especialistas en la UNAM.

En la conferencia magistral Hacia una Mejor Política de Drogas: Lecciones de una Experiencia Práctica, Andrew Freedman, director de la Coordinación de Marihuana del estado de Colorado, dijo que deben establecerse metas claras para aplicar el modelo que mejor convenga en cada caso.

En el encuentro, organizado por la UNAM y El Instituto Aspen en México y moderado por el exrector Juan Ramón de la Fuente, el funcionario estadunidense habló de los pros y contras de la legalización de esa droga en aquel estado de la Unión Americana, donde puede usarse de forma recreativa a partir de 2013.

Hoy en día se cuenta con una industria más o menos reglamentada; el producto se entrega en un paquete que no puede abrir un niño. Cada planta tiene una etiqueta electrónica que emite una pulsación de radio. De ese modo “sabemos en dónde está cada onza”.

Desde entonces, explicó, el consumo no ha cambiado. La Cannabis sativa se usa de la misma forma que antes. Tampoco se ha visto que las muertes en carreteras hayan aumentado por esa causa; en general, se han mantenido igual.

No obstante, reconoció, hay ciertas tendencias preocupantes, como el aumento de las hospitalizaciones por su uso; por ejemplo, la que es comestible puede consumirse en exceso y crear problemas de psicosis inducida. También ha habido casos de consumo en niños menores de nueve años, entre 15 y 25 hospitalizaciones al año, que la han ingerido porque piensan que es un dulce.

Mayor discusión

El rector Enrique Graue, al inaugurar el panel de discusión, destacó la iniciativa del Instituto Aspen en México y de su presidente, Juan Ramón de la Fuente.

Se requiere, insistió, debatir sobre el uso lúdico de la Cannabis, la utilización de otras drogas, cambiar la percepción de que el consumidor es un criminal, así como dejar de perseguir a los campesinos dedicados a la siembra de ciertas sustancias.

Mónica González Contró, abogada general de la UNAM, mencionó en el Auditorio Jorge Carpizo de la Coordinación de Humanidades, que los derechos de niñas, niños y adolescentes, han estado ausentes del debate sobre las políticas de drogas.

Se les identifica como un grupo al que hay que proteger del consumo, cuando las implicaciones de la política en la materia van mucho más allá de que puedan hacerlo o no.

Luis Astorga Almanza, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, cuestionó cómo lograr la aplicación de un modelo de esa naturaleza en un país con instituciones sumamente débiles, como México, donde las organizaciones criminales son muy fuertes y poseen una diversificación de drogas con las cuales negocian y el mercado de la marihuana no es el principal, sino el de la cocaína.

Pensar que legalizarla significa un golpe fuerte a las organizaciones criminales, no es realista, pero sí lo es pensar en la cantidad de gente que potencialmente no iría a la cárcel por consumo o posesión simple de cierta cantidad de marihuana.

Genéticamente modificada

Alejandro Madrazo, Mónica González Contró, Andrew Freedman, Juan Ramón de la Fuente, María Elena Álvarez-Buylla y Luis Astorga.

María Elena Álvarez-Buylla, del Instituto de Ecología de la UNAM, recordó que la empresa Monsanto creó en 2015 la primera variedad de marihuana genéticamente modificada para hacerla más potente o resistente a algunos herbicidas.

Ante eso se ha planteado que los transgenes se moverán a través de semillas y polen y llegarán a acumularse sin control en las plantas que no son genéticamente modificadas.

Alejandro Madrazo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, opinó que en México, para empezar, el modelo más razonable de legalización de la marihuana sea quizá el monopsonio estatal, es decir, que el Estado compre toda la cosecha y distribuya a todos los puntos de venta. Lo anterior, permitiría concentrar y controlar la información completa del mercado y realizar funciones de regulación.

Una medida indispensable para revertir la situación actual de crisis institucional y de epidemia de violencia es pasar a mercados regulados de drogas, concluyó el especialista. (Con información de Gaceta UNAM)

 

 

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