Paro general para obligar a Maduro a retirar su Constituyente

Los opositores venezolanos realizan este jueves un paro general para exigir al presidente Nicolás Maduro que retire su convocatoria a una Asamblea Constituyente, tras casi cuatro meses de protestas con violentos disturbios, bloqueos de calles y una economía a media marcha.

Varias zonas de Caracas y otras ciudades amanecieron paralizadas, con comercios cerrados y sin transporte público como parte del paro cívico de 24 horas que arrancó a las 06H00 locales (10H00 GMT), dando inicio a la llamada «hora cero», una intensificación de las manifestaciones que dejan 97 muertos desde el 1 de abril.

Animada por 7.6 millones de votos del plebiscito simbólico que realizó el pasado domingo contra la Constituyente, la oposición convocó a un cese de actividades, pero «activo», por lo que muchas vías están bloqueadas con barricadas.

La escalada echa a andar una cuenta regresiva. En diez días, por iniciativa de Maduro, se elegirán 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una controvertida convocatoria que prendió aún más la calle.

«No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión», dijo a la AFP Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.

Confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, Maduro afirma que la Constituyente va contra viento y marea. «Ahora más que nunca», dijo, al rechazar esta semana amenazas de sanciones económicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

«Es un paro absurdo. La Constituyente va a acabar con todas estas bromas horribles. Ellos lo que quieren es que venga Estados Unidos a apoderarse del país», dijo María Francis, de 53 años, empleada del Metro de Caracas.

Un pulso desigual

El paro es apoyado por la cúpula empresarial, cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas. Pero el gobierno controla la estratégica industria petrolera y el sector público, con casi tres millones de empleados.

«Este paro es un pulso de fuerza financiera entre un empresariado y una población famélica y pauperizada, contra un gobierno también quebrado, pero que controla los pocos recursos de un país petrolero», opinó Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.

Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (UNETE) -una de las principales centrales obreras del país-, sostuvo que muchos empleados «están sometidos a presiones», pero aun así, respaldan el paro.

«Si no voy a trabajar me botan (despiden)», dijo Carolina, de 39 años, en camino a su trabajo en una institución estatal por el este de Caracas.

El dirigente sindical Froilán Barrios aseguró que estos días son «claves» para hacer que Maduro «entienda que una salida pacífica y democrática a la crisis significa retirar la Constituyente».

Los empresarios, a quienes Maduro acusa de una «guerra económica» para derrocarlo, aseguran que la Constituyente instaurará un modelo económico que empeorará la crisis del país con las mayores reservas petroleras del mundo.

Venezuela perdió el 70% de sus empresas en la última década, y las que quedan funcionan al 30% de su capacidad, según la patronal Fedecámaras.

«La Constituyente no es más que una manera de disfrazar la transformación de Venezuela a un Estado comunista», aseguró el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal.

Si la tensión se mantiene hasta el último trimestre, el PIB se contraería 9% en 2017 frente a una previsión original de -4,3%, precisó Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.

Maduro sostiene que la Constituyente recuperará la economía, elevará a rango constitucional los programas sociales, el control de precios para frenar la inflación -que el FMI calcula en 720% para 2017-, y la distribución de alimentos subsidiados contra la grave escasez.

Paro, pero «activo»

En vísperas del paro hubo bloqueos espontáneos de calles, no convocados por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aumentando el caos sobre todo en Caracas.

«Un cierre que no esté ajustado al procedimiento de ley, acarrea sanciones», advirtió el ministro de Trabajo, Néstor Ovalles, a las empresas que se sumen al paro.

La oposición asegura que el chavismo busca perpetuarse en el poder -tras 18 años de gobierno- a través de una Constituyente que no sólo transformará el Estado, sino que regirá al país con facultades absolutas por tiempo indefinido.

De acuerdo con Datanálisis, 70% de los venezolanos rechaza la Constituyente. Pero según el politólogo Luis Salamanca para detenerla tendría que exigirlo la Fuerza Armada, sostén de Maduro.

Eso no parece probable. Al repudiar las advertencias de Trump, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, prometió que la Fuerza Armada defenderá la elección de la Constituyente.

(Con información de AFP)

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