Urge prevenir la inseguridad y la corrupción, no sólo remediar
Lo que se espera es la implementación de medidas que desincentiven a quienes ya están pensando en la posibilidad de delinquir, en cualquiera de sus modalidades, robo, asalto, secuestro, homicidio, lavado de dinero, sustracción de recursos públicos… ya sea desde la delincuencia organizada, la común o desde las distintas esferas de gobierno.
No se trata de repetir los esquemas del pasado, que una vez terminada una gestión o mandato se pretenda señalar la corrupción y la inseguridad que dejan tras de sí, para una justicia tardía que nada remedia o muy poco, y que tampoco resarce los daños ocasionados a los ciudadano y a las entidades públicas.
Ya sea un funcionario,, un periodista, un empresario, un político… corrupto se tendría que actuar y sancionar la conducta que se aparta de la legalidad y así acabar con la impunidad desde su inicio.
Por ahora sigue siendo una práctica común el puro linchamiento mediático sin resultados evidentes, ni siquiera en caso como los de (Andrés Granier Melo o la maestra Elba Esther Gordillo) y mucho menos en el caso de los ex gobernadores Tomás Yarrington, Javier Duarte o el recientemente aprehendido, Roberto Borge.
Espero que el gobierno no actúe con los políticos delincuentes como lo hace con los empresarios que presentan licitaciones y deben pagar su diezmo correspondiente o ser generosos en las campañas políticas.
Es decir, que ya teniéndolos tras las rejas, les baste con ‘mocharse’ con unos cuantos cientos de millones de pesos para ‘la grande’ (cada uno por supuesto), en el proceso electoral de 2018 donde se elegirá al presidente de México, a los senadores y a los diputados.
