El turismo en Cancún, víctima de huracanes e inseguridad
Los costos por el impacto de los huracanes Harvey e Irma en Estados Unidos de América (EU) se calcula entre 160 mil millones de dólares y 200 mil millones de dólares, además de la pérdida de 95 mil empleos, por los daños causados en viviendas, comercios, plantíos e infraestructura energética.
Por proximidad y elección, la costa este de EU, ha sido la mayor fuente constante de turistas para el corredor turístico Cancún-Riviera Maya. Hoy se refleja nuevamente ese impacto de la naturaleza como en 2005 con el paso del huracán Wilma que causó enormes destrozos en el también llamado Caribe Mexicano.
La caída en la ocupación hotelera en los años subsiguientes obligó a intensificar las campañas de promoción para poder recuperar paulatinamente los niveles de arribo de turistas previo al fenómeno meteorológico. Y no sólo eso, sino que esa aceleración publicitaria y mercadológica permitió alcanzar superiores estados de desarrollo.
Atribuir, como hacen algunos medios, la caída del turismo a un solo factor como el de la inseguridad es, en el mejor de los casos una falta conocimiento de la historia del destino y del mercado turístico nacional e internacional. De otra manera, se trataría de versiones sesgadas y tendenciosas que sólo buscan dañar la imagen de Cancún o del gobierno, sin mirar el problema de fondo.
No se trata de ignorar el recrudecimiento de la violencia a causa de la delincuencia organizada en Quintana Roo y particularmente en la zona norte, sin embargo. este es un factor menos decisivo hasta el momento en la llegada de viajeros a la entidad.
Es también necesario recalcar que los grupos del crimen organizado suelen incrementar la violencia cuando hay un cambio de gobierno que afecta sus intereses y los acuerdos con los gobernantes que antecedieron a los actuales. Este fenómeno se puede observar en todo el país donde el PRI ha dejado de ser gobierno como Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas, por ejemplo.
Del mismo modo la exaltación de dicha violencia que hacen medios de comunicación locales y regionales cotidianamente (y los nacionales ocasionalmente) tiene que ver con esta dinámica pérdida de canonjías, al buscar a través del golpeteo ‘doblegar’ al gobierno en turno y recibir beneficios económicos.
Desde luego la situación debe ser asumida con responsabilidad y efectividad como se hizo en el pasado respecto a la caída del turismo, mediante el reforzamiento de la promoción en el vecino país del norte e igualmente, buscando atraer a visitantes de países sudamericanos, europeos o asiáticos sin olvidar que el turismo nacional fue uno de los que sacaron a flote a Quintana Roo tras la debacle de Wilma.
Finalmente, el combate a la inseguridad tiene que darse de manera integral para debilitar la actividad de los grupos delincuenciales y garantizar la seguridad de la población y de los viajantes.
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