Expresión, en el Día de la Libertad de

De mal en peor.

De hecho no debería existir el Día de la libertad de expresión en México, tanto por su origen turbio como por el abandono de la sociedad a la prensa y de la prensa a la sociedad:

Un gran número de personas tilda de chismosos a los reporteros, muchos acusan » prensa vendida», otros creen que el reportero debe acudir a su llamado cuando al conducir ebrios cometen una infracción de tránsito y no quieren pagar multa. Hay quienes dicen «dale un periodicazo» a tal o cual persona, como si fuera cualquier cosa.

Además va en aumento el número de «periodistas» de ocasión, de esos que no tienen idea de cómo reportear pero saben manejar la cámara del teléfono y transmiten en vivo sin importarles lo que pueden provocar por desinformar o incluso promover delitos; también están los que tienen miles o millones de seguidores pero carecen de toda autoridad, y son «famosos» por el solo hecho de creerse irreverentes y además resaltan que no se necesita estudiar para ser periodista.

El otro lado de la moneda no es mejor: hay reporteros que viven de extorsionar, de esos que dicen «dame el nombre y yo pongo la infamia», los que se la pasan revolcando boletines o fusilando notas para publicarlas como propias o los que de plano viven del gobierno.

Nos debemos mucho, pero sobre todo, nos debemos respeto: la sociedad, los periodistas, los dueños de los medios de comunicación y el gobierno…

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