Los grandes negocios tecnológicos dominan la economía

Quizá hayas escuchado que los gigantes tecnológicos están desconcertados.

En los últimos dos años, los legisladores y la comunidad mundiales han sentido temor de los poderes crecientes de las empresas tecnológicas más grandes, sobre todo las que he llamado los cinco gigantes tecnológicos: Apple, Amazon, Google, Facebook y Microsoft, las empresas más valiosas de los mercados estadounidenses.

Las preocupaciones lo abarcan todo. Hay llamados a favor de nuevas investigaciones antimonopolios. Algunas personas han acusado a las empresas de sesgos políticos, mientras que otras han criticado su falta de diversidad y la manera tan estrecha en que distribuyen su riqueza. Además, se cuestionan su vulnerabilidad ante la influencia extranjera y su capacidad de hacernos adictos a sus productos.

De maneras distintas, las empresas han concedido algunos de estos temores y han prometido abordarlos. Hacer balances, solucionar los desastres y admitir la “responsabilidad moral” por sus contribuciones a la sociedad. Esos son los términos de moda de un ecosistema tecnológico al que supuestamente lo carcome el remordimiento y está comprometido con la rehabilitación.

Sin embargo, hay algo muy incongruente en el centro del supuesto “revés tecnológico”: en realidad no está afectando el desempeño financiero de los gigantes tecnológicos. En las últimas dos semanas, cada una de las cinco empresas reportó ganancias rebosantes de noticias fantásticas —en su mayoría— para sus inversionistas. Amazon, que desde hace tiempo ha condicionado a los accionistas para que esperen mucho crecimiento, pero no grandes ingresos, reportó ganancias récord. Microsoft y Alphabet, la empresa matriz de Google, superaron sin problemas las proyecciones de Wall Street. El martes, Apple hizo lo mismo y, el jueves, se convirtió en la primera empresa en alcanzar una valuación de mercado de más de un billón de dólares.

Esperen, ¿qué pasa con Facebook, que les advirtió a sus inversionistas que esperaran tasas de crecimiento más bajas y costos más altos, por lo que sus acciones perdieron 120 mil millones de dólares en valor comercial en un solo día?

De una extraña manera, los problemas de la red social solo enfatizaron su dominio. Incluso después del desplome de sus acciones, Facebook sigue siendo la quinta corporación más valiosa en los mercados estadounidenses por encima de Berkshire Hathaway y casi no hay llamados serios a favor de que su director ejecutivo renuncie, como podría esperarse de cualquier otro negocio que experimentara una pérdida como esa. Eso se debe a que la empresa reportó pocas cosas que pudieran causar que los expertos alteraran sus pronósticos a largo plazo. Casi todos los que analizan Facebook creen que mantendrá su dominio en la cultura y la industria de la publicidad en el futuro previsible.

“Este es uno de los modelos de negocio más rentable que jamás haya visto, y eso no ha cambiado en realidad”, dijo Mark Mahaney, analista de la firma RBC Capital. Agregó que las acciones de Facebook ahora “podrían ser el activo individual con el precio más atractivo en toda la industria tecnológica”.

En conjunto, los reportes de ganancias cuentan una historia clara. A pesar de la indignación pública, los cinco gigantes tecnológicos están expandiendo su dominio en nuestras vidas y las fuerzas que se oponen a su control, que van desde la regulación hasta la apatía, no están teniendo un impacto sustancioso. La única competencia significativa que enfrentan las cinco empresas generalmente proviene de otros miembros del grupo: es decir, una de las cinco podría robarle participación en el mercado a otra sin afectar la dinámica general del negocio de la tecnología.

¿Por qué está pasando esto? Si exploramos los reportes, encontraremos varias fuerzas poderosas que mantienen a estas empresas en la cima.

El software realmente está devorando al mundo

Cuando tan solo era una empresa de comercio electrónico, a Amazon la aquejaba una preocupación persistente: ¿algún día podría generar mucho dinero? La empresa ha pasado más de dos décadas construyendo metódicamente su capacidad para entregar una cantidad cada vez más grande de productos a un ritmo cada vez más veloz. Eso requiere mucha inversión, así que, aunque las ventas de Amazon crecieron de manera delirante año con año, tuvo que volver a invertir esas ganancias para expandirse más.

Hace tres años, Amazon comenzó a reportar ganancias pequeñas pero consistentes. Además, el año pasado, sus ingresos comenzaron a crecer y, ahora, han alcanzado un nivel que destaca incluso en la industria de la tecnología. En el trimestre que terminó en junio, Amazon registró ganancias de 2500 millones de dólares. Eso es solo la mitad de lo que hizo Facebook, pero es dinero de verdad.

¿Dónde encontró Amazon todo ese dinero nuevo? En el mismo lugar donde la industria de la tecnología siempre encuentra ganancias: el software. Aunque la mayoría de la gente cree que Amazon es un lugar para comprar papel higiénico, gran parte de sus ganancias proviene de sus negocios de servicios en la nube, Amazon Web Services, que permite a las empresas almacenar sus datos en servidores de Amazon en vez de hacerlo localmente. Otra nueva fuente de ingresos es su negocio publicitario, que les cobra a las empresas por colocar anuncios de sus productos en el sitio de Amazon.

Para los minoristas rivales, la nueva rentabilidad de Amazon constituye una suerte de panorama de pesadilla. Al trasladar las ganancias obtenidas con el software a su negocio minorista, Amazon puede seguir expandiendo su tienda a un ritmo vertiginoso.

“Estos negocios de amplios márgenes permiten que Amazon opere toda su tienda con un margen cercano a cero y, una vez que logras eso, en la práctica se hace imposible que alguien cuyo único negocio es el comercio compita contigo”, dijo Youssef Squali, analista de la firma SunTrust Robinson Humphrey.

No obstante, no solo Amazon está beneficiándose de la teoría del capitalista de riesgo Marc Andreessen acerca de que “el software está devorando al mundo”. Las ganancias en aumento de Microsoft también se vieron impulsadas por su negocio en la nube, mientras que los servicios de software de Apple —cosas como ventas de aplicaciones, suscripciones a su servicio de música, almacenamiento en la nube y Apple Pay— son la parte de su negocio que crece con más velocidad.

La presión regulatoria no está teniendo un gran impacto

La Unión Europea hace poco le impuso una multa a Google de 5100 millones de dólares por abusar de su monopolio en el software móvil; a esta la precedió una por 2700 millones de dólares del año pasado por abusar de su monopolio en los motores de búsqueda (Google está apelando ambas decisiones). Apple acordó el año pasado pagar cerca de 16.000 millones de dólares en impuestos atrasados a la Unión Europea por su cómodo acuerdo fiscal con Irlanda. (Los fondos se mantendrán en un fideicomiso mientras Irlanda apela la decisión; Apple ha negado cualquier irregularidad). Facebook, que ha sido llamada ante legisladores en Europa y Estados Unidos por su papel en la política, enfrenta amenazas de una mayor regulación y posibles multas por el mal uso de datos privados.

Sin embargo, las ganancias de los gigantes de la tecnología hasta ahora no muestran un gran impacto debido a este escrutinio en aumento. Google pagó su multa y aun así reportó ganancias trimestrales de 3200 millones de dólares. Ni Google ni Facebook sufrieron grandes consecuencias por la nueva regla de privacidad de Europa, el Reglamento General de Protección de Datos. La base de usuarios de Facebook solo perdió un millón de usuarios en Europa (367 millones de personas la usan ahí cada mes). Ambas empresas advirtieron que la ley podría tener un efecto más grande en el futuro, pero varios analistas dijeron que tanto Google como Facebook podrían beneficiarse de ella, debido a que los costos de cumplimiento podrían hundir a sus rivales más pequeños.

También está la posibilidad de que disminuya el afán regulador. Los observadores de Google dicen que es notable que el presidente Donald Trump haya tuiteado críticas sobre la multa que la Unión Europea impuso a Google, con lo cual quizá sugirió que los reguladores estadounidenses no harán algo similar. (Desde luego, estos días es difícil saber qué interpretar a partir de un tuit presidencial).

Si no, consideremos la dinámica cambiante del negocio de la publicidad en línea, dominado por Google y Facebook y blanco principal de los activistas antimonopolio. El negocio publicitario creciente de Amazon plantea una amenaza para Google y Facebook, lo cual sugiere que la economía publicitaria se está haciendo más competitiva incluso sin la ayuda del gobierno.

“Ha habido un temor de que la publicidad se convierta en un duopolio entre Google y Facebook”, comentó Mahaney. “Ahora será un triopolio, aunque, si les preocupaba el duopolio, quizá se estén preguntando: ‘¿La tercera empresa no podía haber sido una que no fuera Amazon?’”.

Los cinco gigantes tecnológicos aún tienen muchas más maneras de generar dinero.

Finalmente, existe lo que Mahaney llama los “campos verdes”, las oportunidades casi infinitas de que varios de los cinco gigantes tecnológicos tienen para comenzar a generar más y más dinero de diversas partes de sus negocios.

Facebook, por ejemplo, ha experimentado una desaceleración en el crecimiento de su red social principal, pero sus otras propiedades —Instagram, Facebook Messenger y WhatsApp entre ellas— aún están creciendo rápidamente y la empresa apenas ha comenzado a generar ganancias con ellas. En Google, hay una oportunidad similar para YouTube, que, como Facebook, se beneficiará de los miles de millones de dólares en publicidad televisiva que los anunciantes comenzarán a redirigir a inversiones en línea en los años siguientes.

Y eso es solo a corto plazo. Los reportes de ganancias muestran que los cinco están invirtiendo mucho en la tecnología que dominará el futuro, desde la inteligencia artificial hasta los servicios de voz y los vehículos autónomos.

“Lo que probablemente mantendrá a estas empresas en la cima durante mucho más tiempo que las empresas de megacapitalización tradicionales es que no le temen a reinventarse”, comentó Squali. “Se consideran laboratorios de nuevas ideas y no tienen miedo de destruir algo que está funcionando actualmente para hacer que el trabajo a un plazo más largo sea aún mejor para ellas”.

En otras palabras, acostúmbrense a los cinco. No se irán a ningún lado.

(Con información de NYTimes)

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