La UE insta a China a liberar al editor sueco Gui Minhai

La Unión Europea (UE), siguiendo los pasos de Estocolmo, exhortó este miércoles a Pekín a «liberar inmediatamente» al librero sueco de origen chino Gui Minhai, vendedor de libros que ridiculizan a las élites del régimen comunista y detenido la semana pasada en China en compañía de diplomáticos suecos.

El caso de Gui, de 53 años, es objeto de una contienda diplomática entre Estocolmo y Pekín. Las autoridades chinas rechazaron aportar cualquier tipo de información sobre su situación, mientras que Bruselas está preocupada por las condiciones de su desaparición.

«Esperamos que las autoridades chinas liberen inmediatamente a Gui Minhai, le permitan volver con su familia y recibir la ayuda consular y un apoyo médico», declaró Hans Dietmar Schweisgut, embajador de la UE en Pekín, durante una rueda de prensa.

El martes, la ministra sueca de Relaciones Exteriores, Margot Wallström, ya había reclamado su «liberación inmediata», reclamando que el librero y editor «pueda reunirse con personal diplomático y médico». También convocó dos veces en los últimos días al embajador de China en Estocolmo.

Según su hija Angela, Gui Minhai fue arrestado el sábado a bordo de un tren en China por «una decena de hombres vestidos de civil […] que decían ser policías», en un momento en que viajaba con dos diplomáticos suecos a Pekín desde la ciudad de Ningbo (este), donde vive.

Se dirigía a la capital china para una consulta médica por síntomas de la enfermedad de Charcot, indicó su hija.

Wallström confirmó la detención en presencia de «personal diplomático que aportaba ayuda consular a un ciudadano sueco que necesitaba cuidados médicos».

Hasta hace dos años, Gui Minhai trabajaba en Hong Kong –territorio chino autónomo con amplias libertades públicas– para la editorial Mighty Current, especializada en títulos salaces sobre la vida privada de dirigentes chinos, prohibidos del otro lado de la frontera.

Pero en 2015, Gui desapareció durante sus vacaciones en Tailandia, antes de reaparecer en un centro de detención chino. En febrero de 2016, salió llorando en la televisión china y confesando su implicación en un accidente de tráfico en estado de ebriedad años antes.

Las autoridades chinas anunciaron su liberación en octubre de 2017. Pero su hija aseguró a la radio sueca que, desde que salió de la cárcel, su padre había sido instalado en un apartamento de la policía y estaba bajo vigilancia.

«Inédito»

La diplomacia china rechazó los llamados de Suecia y de la UE exigiendo su liberación. «No veo ninguna lógica», fustigó Hua Chunying, portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores en una rueda de prensa ordinaria.

«Los organismos chinos que se ocupan de casos relativos a nacionales extranjeros se basan en el derecho» y los otros países «deben respetarlos», añadió sin dar más precisiones.

«Nadie puede violar la ley china en China. Cualquier país extranjero realmente preocupado por proteger a sus ciudadanos debería hacerlo educándolos», concluyó Hua.

Un diplomático europeo bajo condición de anonimato consideró que el caso es «inédito». «Secuestrar a un ciudadano de la UE en Tailandia y volver a secuestrarlo después en presencia de diplomáticos suecos es cruzar varias líneas rojas», alertó.

La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional dijo por su parte estar «totalmente estupefacta» con este caso, considerado que la detención ante diplomáticos debería ser una «señal de alarma» para la comunidad internacional.

La sociedad civil china sufre fuertes presiones desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping a finales de 2012.

(Con información de AFP)

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