PRI-Gobierno, el riesgo de nueva crisis económica

Ciudad de México. La economía mexicana sigue enfrentando riesgos en el corto y mediano plazos, advirtió el Banco de México (BdeM), y propuso adoptar medidas para lograr una asignación más eficiente de los recursos e incrementar su capacidad productiva.

El Instituto Central destacó la necesidad de implementar reformas y acciones profundas que permitan contar con mejores condiciones de seguridad pública, de certeza jurídica y de competencia económica, lo cual redundará en mejores condiciones para la inversión y el crecimiento, en menor inflación, y en un mayor bienestar de la población.

En conferencia de prensa para presentar el Informe Trimestral, correspondiente al periodo octubre-diciembre de 2017, el gobernador del BdeM, Alejandro Díaz de León Carrillo, explicó que entre los riesgos destacan: que se registre una depreciación del peso en respuesta, entre otros factores, a una evolución desfavorable del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a una reacción adversa de los mercados a las acciones de política monetaria en los Estados Unidos, a condiciones más restrictivas en los mercados financieros internacionales o a volatilidad al proceso electoral de 2018.

Díaz de León, reiteró, que el crecimiento de la economía mexicana se mantendrá un intervalo de 2.0 y 3.0 por ciento en 2018 y para el próximo año de 2.2 a 3.2 por ciento.

En el caso de la inflación se posterga la meta de llegar a confluir a 3 por ciento en el primer trimestre de 2019, ubicándose cerca del objetivo durante el resto del año.

Con respeto a la creación de empleos se esperan entre 680 mil y 780 mil en 2018 y en 2019 entre 690 mil y 790 mil nuevos puestos de trabajo.

Acompañado de los subgobernadores Roberto del Cueto, Javier Eduardo Guzmán, Manuel Ramos y por primera vez la subgobernadora Irene Espinosa, Alejandro Díaz indicó que la Junta de Gobierno del Banco de México continuará vigilando muy de cerca la evolución de la inflación y de ser necesario la política monetaria actuará de manera oportuna y firme para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo.

Altas tasas frenan consumo

Los incrementos en las tasas de interés de referencia por parte del Banco de México (BdeM) se convirtieron ya en un “factor negativo” para el crecimiento del consumo, uno de los principales motores de la economía y del crédito para empresas y familias, sostuvo el principal intermediario financiero del país.

“En este momento, la política monetaria ya está en un terreno en el que es negativa para el crédito y el consumo”, aseguró este miércoles Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer. Las tasas de interés reales, descontado el efecto de la inflación, se encuentran en el punto más alto en una década, afirmó.

Entre diciembre de 2015 y febrero de este año, el Banco de México elevó de 3 a 7.5 por ciento la tasa de interés de referencia, la que determina el costo de los créditos a las empresas y en algunos renglones del financiamiento al consumo, como las tarjetas de crédito.

El movimiento del banco central fue una respuesta a incrementos en tasas en Estados Unidos –para mantener el margen de ganancia a la inversión financiera aquí, respecto de aquel país— y en 2017 para contener presiones inflacionarias provocadas por el aumento en el precio de combustibles y la depreciación del peso.

“El efecto de la política monetaria recién se empieza a notar, no es significativo pero ya se ve en la demanda de crédito”, dijo Carlos Serrano en una conferencia de prensa en la que presentó el informe trimestral Situación México, elaborado por el área de estudios económicos de BBVA Bancomer.

En el nivel actual de 7.5 por ciento anual, la tasa de interés de referencia del Banco de México ya ejerce un efecto restrictivo en el consumo y la demanda de crédito, apuntó.

“La tasa de interés real, la que descuenta la inflación estimada para los siguientes 12 meses es la más alta en 10 años, la más alta desde la quiebra de Lehmann Brothers —el banco de inversión estadunidense cuya caída marcó el inicio de la crisis financiera mundial de 2008-2009—, con la diferencia de que en aquella ocasión la inflación y las expectativas de inflación iban al alza y ahora la inflación va a la baja y con las expectativas bien ancladas de que disminuya más”, apuntó Serrano.

Al menos en el primer semestre de este año, el nivel de las tasas de referencia tendrá un efecto negativo en la demanda de crédito, sobre todo por parte de las empresas, y al consumo. “Va a ser un viento en contra”, añadió.

En México, expuso, la tasa de interés real —descontado el efecto de inflación— llevaba varios años baja, en un nivel que se consideraba “neutral”, dado que no era restrictivo ni ofrecía un estímulo a la demanda de crédito.

“Estamos en un periodo en que la política monetaria es restrictiva para la demanda de crédito y el consumo. Por lo tanto, creemos que el ciclo de subidas de tasa por parte del Banco de México estaría cerca de su fin”, comentó.

El especialista consideró que los dos últimos aumentos de tasa de interés por parte del banco central, a finales de 2017 y en febrero de este año, “no eran necesarias “porque la inflación hacia finales del año pasado subió exclusivamente por factores temporales —como el alza en el precio del gas LP— y la política monetaria no debe reaccionar y no es efectiva ante choques temporales”.

“Pensamos que el enfoque del Banco de México ha sido en exceso preventivo y que han subido las tasas más de lo necesario”, aseguró.

En 2017, la economía tuvo en el consumo privado, el realizado por empresas y personas, y la actividad exportadora sus dos principales motores de crecimiento, explicó Serrano. El año pasado, el crecimiento fue de 2 por ciento.

Para 2018, BBVA Bancomer mantiene en 2 por ciento su previsión de crecimiento económico, y en 2.2 por ciento para 2019.

(Con información de La Jornada)

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