Afectados por sismo, olvidados por el gobierno de Edomex

A menos de una hora de la Ciudad de México, cientos de personas también perdieron sus hogares tras el sismo del pasado 19 de septiembre, pero a diferencia de lo que sucedió en la capital del país, quedaron olvidados.

Tan sólo en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl, hay 300 viviendas con daños graves que deben ser demolidas, 4 mil 770 casas con daños de medios a graves y más de 400 que ameritan demolición parcial, según la Alcaldía.

«La familia pues ya está separada, unos por un lado y unos del otro lado, se dividieron con sus familiares también ellos», cuenta Margarito Santiago sobre sus vecinos, habitantes del número 45 de la Colonia Reforma, en Zona Oriente 1.

Por fuera, esa casa parece tener una estructura firme, pero tan sólo al abrir la puerta se revela una casa casi totalmente vacía, con grietas y hundimientos, algo común en ese punto, uno de los más afectados por el temblor.

Aunque algunas casas ya fueron demolidas, el apoyo que los damnificados de Neza han recibido por parte de las autoridades ha sido casi nulo, dicen afectados.

«Promesas muchas, todas las que nos puedan dar, las tenemos guardadas, pero ayuda, vinieron del DIF y dieron una despensa, es todo», señala Don Margarito.

«Si nos van a ayudar, que lo hagan, porque ya de la casa ya dijeron que hay que demolerla, ya se firmó la demolición, porque la casa de al lado, que es la mía, está afectada también y no podemos reparar porque ésta está metida hacia adentro».

El Gobierno Municipal de Nezahualcóyotl ha informado que requiere al menos 380 millones de pesos para arreglar los daños provocados por el sismo.

Sin embargo, le notificaron que sólo recibirá 700 mil pesos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para reparar la red hidráulica.

A la fecha, se han invertido más de 22 millones de pesos de recursos municipales para reparar las fugas y fracturas de la red, pero se requieren 3 mil millones de pesos para la sustitución completa.

Mientras tanto, los propios habitantes afectados ya comenzaron con sus propios medios a reparar y reconstruir sus viviendas, sin contar con ningún crédito o apoyo para ello, a diferencia de la CDMX.

Lejos de los reflectores y de los voluntarios que apoyaron en la capital del País, Gonzalo Pereda dirige a un grupo de albañiles que contrató -endeudándose- para derrumbar y reconstruir la barda de su casa.

«No hay ayuda aquí por parte del Estado», dice Gonzalo, quien vivía en un predio dividido en dos casas con el número 131 de la Colonia Reforma, en Oriente 8.

«Tuvimos que demoler porque realmente ya no se podía vivir aquí», dijo.

«La barda ya estaba completamente de lado para caerse».

(Con información de Reforma)

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