Un payaso anglosajón y un patiño mexicano

Luego de las acciones concretas del presidente Donald Trump relativas a la construcción del muro fronterizo para frenar la migración y el narcotráfico le dijo al presidente de México que si no iba a pagar mejor ni se presentara a la reunión que tenían agendada, a lo que Enrique Peña Nieto respondió que no iría (¡wow! ¡Cuánto valor!).

Pero no fue todo, ya para cerrar la semana, el señor Trump hizo una llamada telefónica a Los Pinos para comunicarle que las medidas se aplicarán de todas maneras y para prohibirle que vuelva a hablar del muro y quién va a pagar por su construcción. ¿Y la respuesta del presidente Peña? Acordamos con el presidente Trump continuar el diálogo y no tocar el tema del muro públicamente.

La cuestión de Trump es la de muchos que llegan al poder con escasa aprobación y cuestionado por un proceso electoral manchado por la sospecha de la manipulación del voto: necesita legitimarse ante quienes lo votaron y particularmente ante los que sufragaron en su contra.

Hay que recordar que los votos a favor de Trump fueron menos que los obtenidos por Clinton y además, fueron cuestionados por la intrusión rusa, en tanto que los votos de Hillary son puestos en duda por la presunta participación de indocumentados.

No hay que olvidar que un gran porcentaje de la población estadounidense se volcó a las calles en muchas ciudades de Estados Unidos para manifestarse contra las prácticas machistas, racistas, homofóbicas y xenofóbicas de Trump.

Encima, el mandatario estadounidense se ha lanzado contra los medios de comunicación que difieren de sus puntos de vista o cuestionan sus decisiones, actitudes y acciones, por muy Ejecutivas que sean.

Una de dichas posturas es la extensión e identificación que hace entre islamismo y terrorismo. Su islamofobia lo ha llevado a imponer medidas restrictivas extremas para las personas que provengan de varios países árabes o cuya religión predominante sea el islamismo.

Por si fuera poco, están los problemas económicos, el crecimiento en 2017 fue menor a dos por ciento, el desempleo es de 4.7 por ciento (bajo en términos relativos) pero alto por el número de integrantes de la fuerza laboral estadounidense.

Ni hablar del déficit comercial que Trump atribuye solamente a México, quizá por ser el rival más débil, en comparación con Alemania, Japón y China, cuyos superávits son mayores ante Estados Unidos que por la parte mexicana.

Más allá de su personalidad afecta al bullying, su ‘estrategia negociadora’ y su necesidad de justificarse ante sus electores, están quienes invirtieron en su campaña y apostaron por él allí es donde está obligado a dar resultados, a pagar favores y esto lo hace no un payaso cualquiera, sino un Eso (Pennywise, el payaso, también llamado Bob Gray).

¿Y Peña Nieto? Pues una de sus primeras acciones luego del regaño telefónico fue cancelar la reunión con los gobernadores mexicanos que le iban a demostrar su respaldo; no quisiera pensar que fue otra instrucción recibida.

Feliz fin de semana.

 

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