Más ‘Moisés’ y menos ‘Aarón’
Con el título “La sociedad, corresponsable de la corrupción: analistas”, al cual le sucede un pequeño sumario: “Es un mal generalizado, endémico y cultural, y va acompañado de la impunidad, señalan”, el diario Milenio publica en su portal un video en el que se sintetiza lo que la gente ya sabe.
Y la humanidad lo sabe, no de ahora, sino desde milenios atrás. Basta recordar el texto bíblico cuando Moisés sube a hablar con Dios y deja al frente del pueblo a su hermano Aarón, el sacerdote levita que ante la inquietud de la población les construye un becerro de oro a pesar de la prohibición de elaborar representaciones de Dios.
Es decir el que está a cargo cede a la voluntad popular para mantener el control fomentando la corrupción, contrario a la propuesta de Moisés, que impone las normas de la Ley, les guste o no a las tribus, para garantizar el bienestar de ellos mismos y el favor de Dios.
El propio presidente Enrique Peña Nieto ha repetido lo que sus asesores le han dicho y ahora se reproduce a través de presuntos “análisis de especialistas”: la corrupción es una cuestión cultural. Yo diría que es una cuestión propiamente humana en general.
Y este es mi punto, el constructo socio-político surge por la necesidad de proteger a los individuos de la corrupción propia y ajena, lo que se reclama pues, es que quienes encabezan los gobiernos federal, estatal y municipal se ciñan a la ley ya su aplicación y no a la corrupción.
