Viaje musical entre planetas, de Holst

La visión astrológica del universo, que Gustav Holst creó en la suite de siete movimientos Los planetas, fue interpretada por la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) acompañada de un video que muestra las imágenes más recientes del espacio capturadas por la NASA y otras agencias de investigación.

Objetos celestes y deidades mitológicas se entrelazaron al ritmo de la inmensidad de lo desconocido, del espacio sideral, durante el concierto que ofreció la OFUNAM, bajo la dirección de Sylvain Gasançon.

Como parte del Festival Aleph. Arte y Ciencia, los músicos de la orquesta tocaron acompañados de una pantalla en forma de nave espacial, similar a la que usó Carl Sagan para la serie clásica Cosmos

En la Sala Nezahualcóyotl inició este viaje entre los astros que hizo vibrar al público con la potente bitonalidad del movimiento I de Holst, dedicado al planeta rojo, Marte, el portador de la guerra.

Marte, el movimiento con agresivos ecos de Stravinski, constituye no sólo la abertura de esta suite de siete movimientos, estrenada en 1918, sino también el primero que Holst compuso entre 1914 y 1916.

En el breve silencio que se suscita al culminar una pieza, el público emocionado le aplaudió a la OFUNAM, sin tomar en cuenta que el viaje apenas acababa de comenzar.

La siguiente parada estelar fue II Venus, el portador de la paz, conducido por un ritmo afectivo que contrasta con la fuerza de Marte. Luego siguió III Mercurio, el mensajero alado, entre dinámicas escurridizas y líneas melódicas que para Holst evocan la inteligencia y la comunicación con el mundo.

En el centro del concierto se irguió Júpiter, el portador de la jovialidad, pieza de enorme popularidad que ha sonado en numerosas películas de Hollywood y ha inspirado a diversos compositores de la pantalla grande, como Howard Shore y Bill Conti. La OFUNAM la hizo brillar con ese soplo de júbilo y grandeza que la pieza transmite.

Luego vino V Saturno, el portador de la vejez, con esos tiempos lentos y ese fondo oscilante y dubitativo que lo caracterizan. La pieza está impregnada de una seriedad que recuerda el difícil momento de salud por el que pasaba Holst cuando la compuso.

Concierto acompañado de un video que muestra las imágenes más recientes del espacio capturadas por la NASA y otras agencias de investigación. Foto: Barry Domínguez.

El viaje VI Urano, el mago, es el punto de apoyo capaz de destruirlo todo o crear lo nuevo, lo insólito. La OFUNAM le dio cuerpo a esa sonoridad entre metales y a esa danza a través de la que avanza este movimiento.

Entre cantos interpretados por el coro Niños y Jóvenes Cantores de la Facultad de Música, aparece al fin VII Neptuno, el místico. Fue la última parada antes de entrar a lo desconocido.

Cabe destacar el excelente trabajo del coro Niños y Jóvenes Cantores, bajo la dirección de Patricia Morales, que supo resolver el enigma de la partitura original de Holst que señalaba un coro de mujeres escondido en un cuarto contiguo. En este caso el coro se situó detrás de la pantalla en la que se proyectó el video Los planetas, dirigido por Carlos Rodríguez y producido por Universum.

Durante la velada, para abrir paso a Holst, también se interpretó la obra De la singularidad IV, de Ignacio Baca Lobera, con el trabajo de Iván Manzanilla en las percusiones.

Charla

Previo al concierto, el físico universitario Miguel Alcubierre, director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), ofreció una charla en la que explicó el reciente descubrimiento (en 2016) de la teoría de las ondas gravitacionales que Albert Einstein predijo en 1916.

El concierto estuvo dedicado al Instituto de Matemáticas, al Congreso Nacional de la Sociedad Matemática Mexicana, al ICN y a Universum, Museo de la Ciencias.

(Con información de Gaceta UNAM)

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