Incertidumbre de la realidad actual pega a las millennials

Las mujeres millennials que deciden “que lo suyo no está en la maternidad –elección cada vez más frecuente en este sector– lo hacen, en gran medida, por la incertidumbre de la realidad actual, la idea de que el trabajo no está asegurado, de que la educación no garantiza movilidad social y de que el desarrollo nos está llevando a la destrucción de la ecología”, afirmaron Leonardo Olivos Santoyo y Georgina Cárdenas Acosta, académicos de la UNAM.

También hay maternidades sumamente informadas. Por lo regular deciden tener un solo hijo y “desde la propia gestación ellas están conscientes de los cambios que sufrirán durante el embarazo, los procesos del desarrollo infantil y hasta los beneficios de la lactancia, gracias al acceso digital a diversas fuentes de información, lo cual no sucedía antes”, subrayó Olivos Santoyo, académico del Programa de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.

Aunque hay un creciente número de mujeres que han decidido no tener hijos, hay otras que sólo lo han pospuesto por falta de apoyo. También las que ya son madres de dos o tres niños ejercen este papel en una forma muy tradicional, como lo hicieron sus abuelas, destacó.

A esa nueva postura de parte de las jóvenes millennials, debe agregarse además una cultura del hedonismo, del placer, del aquí y ahora que se contradice con la idea de planificar el futuro y, por lo tanto, de no asumir la gran responsabilidad de ser madre, precisó el especialista en estudios de género.

“Algunas lo posponen porque, si quieren ser mamás, saben que al hacerlo se verán sujetas a las dobles o triples jornadas laborales para poder tener desarrollo y éxito profesional y a la vez una vida familiar”, indicó.

Resistencia a los compromisos

Georgina Cárdenas, becaria posdoctoral del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, consideró que, en general, los millennials tienen resistencia a los compromisos de largo plazo y se niegan a sacrificar su libertad porque buscan mantener abiertas todas sus alternativas de realización personal.

En este punto entra la maternidad porque lamentablemente no sólo “para la mujer de hoy” significa renunciar a un tipo de vida, la frena, la limita laboralmente y representa una sobrecarga de responsabilidades, lo cual hace que se cuestione sobre si vale la pena ser madre, añadió.

Eso pasa sobre todo en los sectores estudiados de la población, en los que pareciera haber mayor resistencia al compromiso, a tener una vida familiar y, con ello, evitar la pérdida de autonomía que implica estar al cuidado de los hijos, comentó.

La socióloga expresó que muchas de estas mujeres cuentan con importantes redes de apoyo como los abuelos y los tíos, e incluso algunas tienen acceso a guarderías, lo que no quiere decir que la maternidad no las conflictúe en su desarrollo personal.

En este contexto, aseguró que hace falta legislar sobre la conciliación de la vida familiar con la laboral, porque, aunque se han propuesto estrategias como la de home office, ellas tienen que seguir con sus jornadas en la casa y esto incluye el cuidado de los hijos.

Además, aún muchos trabajos no aceptan la maternidad y para contratar a las mujeres les preguntan si son solteras o si piensan tener hijos porque saben que podrían tener ausencias laborales, señaló.

Resaltó que es indispensable que las mujeres, sobre todo las que son madres, busquen la democratización del trabajo doméstico, es decir, que todos los integrantes de la familia colaboren.

Tenemos que buscar un cambio cultural y social que evite ver a la maternidad como una carga. “Todas las esferas involucradas deben hacer algo para poder conciliar la vida laboral con la familiar, porque hay jóvenes que dejan de ser mamás sólo por falta de apoyos”, concluyó.

(Con información de Gaceta UNAM)

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