Crece la violencia de género… femenino

Las mujeres son mucho menos propensas a delinquir que los hombres, pero las tasas de violencia femenina han aumentado. El número de mujeres y niñas arrestadas por delitos violentos en Reino Unido se ha más que duplicado entre 1999/2000 y 2007/2008.

Todavía está por ver si se debe a un aumento de la violencia en sí, de su visibilidad o de ambas cosas.

La idea de que una mujer pueda ser violenta, que llegue a asesinar incluso, nos resulta desconcertante. Pero, ¿por qué? ¿Es la violencia en manos de mujeres de alguna manera diferente a la de los hombres?

Lo que está claro es que no tratamos la violencia de unos y otros de la misma forma. Los medios de comunicación a menudo estereotipan a las delincuentes femeninas con crueldad, y tanto ellas como sus víctimas pueden recibir un trato injusto por parte del sistema judicial.

 

Machismo y feminismo

Desde los años setenta se ha prestado una especial atención a la violencia machista contra mujeres y niñas. Esto ha modificado, de muchas maneras, el marco de referencia en el que se define la violencia, especialmente la violencia íntima o doméstica, hacia otro que gira más bien en torno al género.

No es nada sorprendente; la «brecha de género» en los delitos registrados es de sobra conocida.

Los hombres delinquen en mayor proporción que las mujeres, se ven involucrados en más delitos graves y agresiones (son responsables del 80% de los actos violentos) y tienen más probabilidades de reincidir.

También son más propensos a asesinar a sus parejas, a ser condenados por violencia doméstica o a cometer delitos sexuales o de acoso.

Nada de esto significa, sin embargo, que las mujeres delincuentes no existan, y el modo en que son tratadas se ha convertido en una parte importante de la investigación criminológica.

«Algunos criminólogos estadounidenses defendieron la tesis de que la liberación de la mujer traería consigo una ola de crímenes agresivos», cuenta Frances Heidensohn, criminóloga y profesora visitante en la Escuela de Economía de Londres.

«La tasa de mujeres delincuentes ha aumentado un poco, pero no hemos observado un gran incremento… Estamos hablando de una modesta contribución a la delincuencia y de una reacción exagerada, se trata a las agresoras de forma muy sensacionalista».

El número de mujeres encarceladas en Inglaterra y Gales casi se triplicó entre 1993 y 2005. Si bien ese número está disminuyendo, en la actualidad todavía hay dos mil mujeres más, tras las rejas, que en los años 90.

Las mujeres representan, aproximadamente, el 5% de la población carcelaria. A finales de marzo de 2016, más de un cuarto de las mujeres encarceladas en Inglaterra o Gales lo estaban por violencia contra las personas.

Con frecuencia, la violencia de las mujeres va dirigida contra gente conocida, a menudo gente vulnerable o que depende de sus cuidados: niños, discapacitados o ancianos. Sus crímenes suelen ocurrir en ámbitos privados o bien en entornos de cuidados, más que en público.

Un informe reciente del Cuerpo de Inspectores de Policía de Su Majestad sobre crímenes de honor, mutilación genital femenina y matrimonio forzoso, concluye que los agresores tienden a ser hombres o mujeres por igual.

«Los miembros femeninos de una familia pueden formar parte de la violencia o los abusos a base de conversaciones, incitando a los varones de su familia a cometer crímenes [de honor] o colaborar en la planificación de las agresiones. También pueden tomar parte activa de la violencia o los asesinatos», menciona el informe.

 

Crímenes de mujeres… contra mujeres

El Middle East Quarterly dedicó un reciente estudio al análisis de casos de asesinatos «por honor» en los que habían tomado parte mujeres.

Descubrieron que las mujeres cometen crímenes brutales contra otras mujeres, tanto como conspiradoras como asesinas directas, y que su participación puede consistir en propagar los rumores que a veces llevan al asesinato.

En el Reino Unido, un número cada vez mayor de mujeres (si bien todavía pequeño) también toma parte activa en el terrorismo, como ocurrió en los años 70 tanto en Irlanda del Norte como Alemania.

En 2014 y 2015, 35 mujeres fueron arrestadas por delitos relacionados con terrorismo en el Reino Unido, triplicando el número de cinco años atrás.

La baronesa Helena Kennedy QC, una eminente abogada, dirigió una investigación en 2010 y 2011 sobre la trata de personas en Escocia. «Existe el prejuicio de que las mujeres no toman parte en la trata salvo como víctimas», explica, pero eso no es cierto.

Policías y funcionarios suponían, al llegar a la escena de los delitos, que todos los responsables serían hombres. Pero no lo fueron. Al frente de los salones de masajes, saunas y otros lugares donde aparecían las víctimas de trata, había mujeres.

«Algunas eran terriblemente crueles con las demás», recuerda Kennedy. «En muchos de los casos que salieron a la luz, las mujeres se habían convertido en la clase directiva».

Vea el artículo completo en: http://elpais.com/elpais/2016/08/23/ciencia/1471968801_336249.html

 

 

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