Rebeldes musulmanes filipinos buscan acuerdo de paz

Miles de miembros y simpatizantes del principal movimiento rebelde musulmán de Filipinas se reunieron este domingo en el sur del país para hablar de una histórica ley que podría hacer realidad «el sueño de la paz» tras décadas de conflicto.

El presidente filipino Rodrigo Duterte firmó la semana pasada un texto que acordaría a los rebeldes una amplia autonomía, un paso crucial hacia el final de un conflicto que empezó en los años 1970 y dejó más de 150 mil muertos.

Decenas de miles de miembros del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), así como sus simpatizantes y habitantes de la zona, se reunieron el domingo en asamblea en Camp Darapanan, la principal base del grupo, cerca de la ciudad de Cotabato, en la región de Mindanao.

Entre ellos había combatientes armados y mujeres con velo.

El FMLI busca la aprobación de sus bases para dar el visto bueno a la ley que les daría más autonomía y luego sería sometida a referéndum.

«Es nuestro sueño, si le ponemos fin [al conflicto] quizás podamos vivir en paz», dijo a la AFP un veterano de la guerrilla, Naser Samama, de 61 años.

«La mayoría de gente quiere la paz y en el FMLI también la queremos. Lo que consiguió el FMLI no es sólo para nuestro grupo sino para toda Mindanao», asegura.

La rebelión musulmana empezó en los años 1970 para pedir la autonomía o la independencia del sur de Filipinas, un territorio que consideran su tierra ancestral, en un país de mayoría católica.

En 2014, el FMLI, el principal grupo rebelde de la zona, firmó un acuerdo de paz con el gobierno filipino que prevé dar autonomía a la minoría musulmana en algunas partes de Mindanao.

«Unidad entre musulmanes y cristianos»

La nueva ley firmada por Duterte debe poner en marcha ese acuerdo según el cual el FMLI se compromete a entregar las armas de sus 30.000 combatientes.

El texto prevé también la creación de una entidad política autónoma, la Región Autónoma de Bangsamoro, que remplazaría a la actual, creada tras un acuerdo de 1996 con un grupo rival del FMLI, el Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN).

La nueva región autónoma debería ser más grande y con más poderes.

Aunque la dirección del FMLI ya aprobó la ley, considera que también necesita la aprobación de la población local. En la asamblea del domingo muchos eran favorables a poner fin al conflicto.

«Es el inicio de la paz en Mindanao, el inicio de la unidad entre musulmanes y cristianos», dijo a la AFP Babaidi Budain, una ama de casa.

Otros sin embargo advierten que la paz también necesitará de oportunidades económicas para Mindanao, una zona rica en recursos naturales pero que muy poco desarrollada.

«Todo el mundo en Mindanao tiene que aprovechar las oportunidades que ofrece la región», dice Naser Sulaiman, un habitante. «Si no, nos quedaremos donde estamos y la Región de Bangsamoro no prosperará.»

(Con información de AFP)

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