Macron llama en China a reactivar la batalla por el clima

El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a una alianza entre Francia y China para «el futuro del mundo» y en particular en la «batalla por el clima», al iniciar en Xian (centro) una visita oficial al país asiático.

Macron abogó además por una colaboración de Europa en las «nuevas rutas de la seda», el colosal proyecto chino de transporte ferroviario y marítimo entre el Pacífico y el continente europeo.

En un discurso de una hora y cuarto, pronunciado en la antigua capital imperial, el presidente francés prometió que viajará «al menos una vez por año a China» para que la relación entre ambos países «ingrese en una nueva era».

En la primera mañana de su visita a esta ciudad milenaria, Macron tenía previsto acudir a varios puntos simbólicos de la antigua ruta comercial, que durante siglos unió China con Europa.

Se hace así eco del colosal proyecto del presidente chino, Xi Jinping, conocido como «Un cinturón, una ruta», que proyecta una red terrestre a través de Asia central y Rusia, y una ruta marítima hacia África y Europa por el océano Índico.

Este plan prevé la construcción de carreteras, puertos, vías férreas y parques industriales en 65 países por más de 1 billón de dólares.

Francia se había mostrado hasta ahora prudente con un proyecto que una parte de los europeos considera expansionista. Pero Macron le dio este lunes un entusiasta respaldo, considerando que Europa debe participar en él de pleno.

«Esta iniciativa es muy importante. Estoy convencido que puede desempeñar un gran papel en la estructuración del espacio euroasiático y que representa una oportunidad real», comentó el presidente francés en una entrevista al sitio China.org.

«Tenemos que identificar proyectos concretos para llevar a cabo juntos en Europa, en Asia y en terceros países», pidió.

Macron hizo un matiz, no obstante, al llamar a trabajar en este proyecto «en el marco de una asociación equilibrada en la que las reglas de financiación correspondan a nuestros estándares», una referencia a las preocupaciones europeas sobre los excedentes comerciales chinos.

Nuevo capítulo diplomático

En Xian, Macron pronunciará ante mil personas un discurso sobre el futuro de las relaciones franco-chinas.

Tras una visita a los famosos guerreros de terracota de Xian, el presidente francés tenía previsto dirigirse a la Gran Pagoda del Ganso Salvaje, un punto de referencia en la ruta de la seda.

También visitará la Gran Mezquita de Xian, un templo musulmán de estilo chino que ilustra la apertura cultural proporcionada por la ruta de la seda, por la que transitaban comerciantes árabes en la Edad Media. Xian aún cuenta con una importante comunidad musulmana.

Después de Xian, Emmanuel Macron, quien viaja acompañado de su esposa, Brigitte, y de unos 60 dirigentes de empresas e instituciones, viajará a Pekín, donde permanecerá hasta el miércoles.

En la noche del lunes se reunirá en privado con el presidente Xi y con su esposa, Peng Liyuan, antes de cenar los cuatro.

El presidente francés obsequiará a su anfitrión con un caballo de la Guardia Republicana francesa, en respuesta a la «diplomacia del panda» tan apreciada por los dirigentes chinos.

El martes, en el punto álgido de la visita, será recibido de manera más formal, con un recorrido por la Ciudad Prohibida, un encuentro con el presidente de la Asamblea Nacional y el primer ministro, una ceremonia de recepción en el Palacio del Pueblo, la firma de acuerdos y contratos, una declaración conjunta y, finalmente, una cena de Estado.

Este primer viaje a Asia del jefe de Estado francés marca una nueva etapa en su agenda diplomática, centrada hasta ahora en Europa y África.

Emmanuel Macron quiere aliarse con Xi Jinping en varios frentes: medioambiente, lucha contra el terrorismo, apoyo a la fuerza del G5 en el Sahel y el desarrollo de las energías renovables en África.

No obstante, entre París y Pekín hay algunos puntos de fricción. Francia, que tiene un déficit comercial de 30.000 millones de euros con China, quiere «reequilibrar» la relación, y defiende una reciprocidad en la apertura de mercados entre la Unión Europea y China.

También intenta que la UE controle más las inversiones, especialmente chinas, en los sectores estratégicos.

Según el Elíseo, la cuestión de los derechos humanos se abordará en privado.

(Con información de AFP)

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