La bipolaridad merma la capacidad productiva

Cerca de uno por ciento de la población mundial sufre trastorno bipolar, mal considerado hoy en día como altamente incapacitante, a tal grado que se le atribuye la pérdida de 14.3 años de vida productiva para quien lo padece, dijo Ingrid Vargas Huicochea, académica de la Facultad de Medicina.

Se trata de una alteración del estado de ánimo que básicamente se caracteriza por la presencia de dos polos anímicos: uno es la manía o euforia y el otro la depresión, explicó.

Puede presentarse en cualquier momento de la vida, incluso cada vez hay más casos en la infancia, aunque también en la edad adulta vinculados, por ejemplo, a cambios hormonales en las mujeres o en el periodo posparto. Pero lo más frecuente es que ocurra en la tercera década de la existencia, subrayó.

Esto es significativo porque una vez que aparece esta enfermedad no tiene cura y llega en una etapa en la cual se toman decisiones de vida importantes con respecto a la carrera, el empleo, la familia o la pareja, alertó.

Si bien en los últimos años se ha puesto de moda el término bipolar, la mayor parte de las veces no se emplea en la esencia de lo que es, hablando de sus características como patología, advirtió la especialista en salud mental.

Uno de los errores más frecuentes, indicó, es que se piensa en bipolaridad cuando se quiere hablar de alguien voluble. No es así porque se caracteriza por una alternancia de episodios anímicos que suelen pasar no de un momento a otro, sino que hay una fluctuación entre uno y otro de varios días, semanas e incluso meses.

Hay varios tipos de bipolaridad. Hasta el momento los más aceptados son el trastorno bipolar tipo 1, que es el clásico, con episodios de manía franca alternada con otros depresivos y algunos de estabilidad, y el trastorno bipolar tipo 2, en el que predominan los episodios depresivos alternados con manía leve, también conocida como hipomanía.

Cuando hablamos de manía, puntualizó, nos referimos a periodos de por lo menos una semana en los que hay síntomas de expansión del estado del ánimo. Puede haber también cierto componente de irritabilidad, un aumento de la velocidad del pensamiento, verborrea (discurso acelerado y difícil de detener), aumento en la actividad intencionada, en el nivel de energía, en los planes, en el involucramiento de actividades con potencial riesgo como gastos excesivos, manejar un vehículo de manera temeraria o contactos sexuales indiscriminados, entre otros.

“Dicha sintomatología no resulta tan intensa en las fases de hipomanía de la bipolaridad tipo 2, pues la duración usualmente no rebasa los cuatro días.”

Los episodios depresivos en ambos tipos de bipolaridad se caracterizan por ánimo bajo, pérdida del disfrute por las cosas, alteraciones en el apetito y en el sueño, ideas de minusvalía, culpa y desesperanza, ideas de muerte, disminución en la energía, incluso ideación suicida, abundó.

Diferencias por sexo

Aunque esta es una patología que no tiene predisposición por sexo, su comportamiento sí varía entre hombres y mujeres. En ellos, con mayor frecuencia el primer episodio es de tipo maniaco y hay mayor uso co-mórbido de sustancias y una mayor incidencia de síntomas psicóticos durante las crisis; en ellas es más frecuente que sea el depresivo y que el curso de la enfermedad esté influido por los ciclos hormonales, subrayó.

También, agregó, se sabe que el riesgo suicida en este trastorno es elevado debido a que las fases depresivas son muy crudas, intensas y de difícil respuesta, debido a que no responden tan fácil al tratamiento.

Muchas veces se le confunde con depresión unipolar (no bipolar) y lo preocupante es que el tratamiento es completamente diferente y por lo mismo complica el cuadro.

MULTIFACTORIAL

El trastorno bipolar es multifactorial y tiene un componente a nivel genético importante. Está documentado que en familias en las que hay personas con trastorno bipolar o incluso con otras condiciones psiquiátricas hay cierta vulnerabilidad para presentar bipolaridad, y entre más cercano sea el parentesco el riesgo es mayor.

También hay otro tipo de condiciones detonantes de este trastorno, como una vida estresante, eventos impactantes (aun los positivos), malos hábitos de sueño o alimentación o sucesos traumáticos como un accidente o un secuestro.

(Con información de Gaceta UNAM)

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