Se necesitan más mujeres en alta dirección de empresas

Ciudad de México. Se necesitan más mujeres en la alta dirección de las empresas, consideró la especialista Anabella del Rosario Dávila Martínez, profesora de EGADE Business School Monterrey y líder del Grupo de Investigación con Enfoque Estratégico (GIEES) de Estrategia y Administración de las Organizaciones en Economías Emergentes, quien asegura que el liderazgo de las mujeres puede impulsar el crecimiento económico de los países latinoamericanos.

De acuerdo con investigaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la participación de la mujer en el mundo laboral ha avanzado en América Latina, sin embargo, la representatividad y las oportunidades de ocupar posiciones de dirección ejecutiva aún se mantienen escasas.

Por otro lado, según los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2016 apenas el 4.2 por ciento de las empresas contaban con al menos una directora ejecutiva mujer mientras que el 8.5 por ciento de los miembros de los consejos directivos eran mujeres.

Anabella del Rosario Dávila Martínez señaló que en América Latina vivimos en sociedades inequitativas en términos laborales. Aunque las empresas suscriben los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y siguen los estándares de la Global Reporting Initiative para reportar sobre equidad de género, sus políticas y prácticas parecen contradictorias, y, como consecuencia, la segregación de género continúa afectando a la carrera directiva de la mujer.

Ante la dificultad económica que atraviesan la mayoría de países de América Latina, una mayor participación de la mujer puede ser un revulsivo para la economía. Según el McKinsey Global Institute, el incremento del PIB en la región podría alcanzar 34 por ciento si se lograra la igualdad de participación de las mujeres en la economía.

El BID estima, además, que el aumento en la participación laboral de las mujeres contribuye a reducir la pobreza, así lo hizo durante la primera década del siglo en 30 por ciento. Sin embargo, la tasa de desempleo de las mujeres supera a la de los hombres y su participación económica alcanza solo 50 por ciento.

Dávila Martínez indicó que se ha demostrado que la integración de la mujer en los equipos directivos genera empresas más competitivas. Las mujeres aportan una combinación de habilidades de liderazgo y comportamientos que potencia el rendimiento empresarial. Diversos estudios señalan que las mujeres con una trayectoria en posiciones estratégicas tienen una visión más integral de la empresa y suelen escalar más fácilmente.

Sin embargo, las empresas tienden a concentrar a las mujeres directivas en funciones de apoyo como recursos humanos, relaciones institucionales o comunicación. Esta segregación de género se asocia con el concepto “techo de cristal”, elementos visibles o invisibles que impiden a la mujer ascender en su carrera laboral.

En tanto, en profesiones dominadas por mujeres los hombres ascienden más rápido a la alta dirección gracias a la “escalera mecánica de cristal”, que escalan sin que las mujeres se den cuenta.

Los estereotipos de género sobre quién se considera para dirección y quién para funciones de apoyo ya no tienen cabida en las empresas de hoy. Las mujeres son el grupo poblacional con mayor educación en el mercado laboral, y ya superan a los hombres en porcentaje de personas con título universitario, según la Organización Internacional del Trabajo.

(Con información de La Jornada)

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