Precios de gasolina, gas y electricidad han subido 50% con Peña

Las grandes promesas del gobierno federal sobre menores precios en los energéticos para la ciudadanía y las industrias han sido un engaño más del presidente Enrique Peña Nieto y de la administración priista que encabeza.

Incluso, la falta de infraestructura para producción y transporte, así como la dependencia de los ingresos públicos al impuesto cobrado a los combustibles enuncian el fracaso de la Reforma Energética, plantean analistas energéticos.

La implementación de la Reforma Energética, en sus vertientes de hidrocarburos y electricidad, ha inducido 66 nuevas empresas petroleras, 28 firmas eléctricas y la llegada de 26 nuevas marcas de gasolinas, ha destacado el titular de la Secretaría de Energía (Sener), Pedro Joaquín Coldwell.

Entre las metas establecidas para la reina de las reformas estructurales, la administración actual vislumbró –mediante una lluvia de inversiones de empresas privadas en producción y gasoductos– la disminución del precio de la tarifa de luz, del gas natural y con ello de los alimentos; fortalecer la capacidad productiva petrolera para reducir la creciente dependencia de energéticos importados. Todo eso, se dijo, se reflejaría en el bienestar de las familias mexicanas.

Pero los especialistas ven lejos que se concrete esa promesa. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se han seguido anunciando aumentos al costo de la electricidad y de los combustibles porque, explicaron, el país no cuenta con los ductos, refinerías y terminales de almacenamiento o reparto necesarios.

La misma Secretaría de Energía tiene los datos: desde hace casi dos décadas no se han construido en México nuevas terminales de almacenamiento y las 89 que existen son insuficientes. En logística, el sistema para transportar petrolíferos es caro e ineficiente y la red de ductos, de 17 mil kilómetros, no ha crecido desde hace 17 años.

Además, el actor más importante, al encargarse de producir e importar las gasolinas y gas para abastecer a los nuevos jugadores, continúa siendo Petróleos Mexicanos (Pemex), una compañía estatal con números rojos.

Su producción de petróleo carga 13 años consecutivos con caídas y a septiembre de este año suma nueve meses en números rojos.

El mes patrio la producción nacional de petróleo se ubicó en mil 73 millones de barriles diarios, su desplome más significativo en términos porcentuales en los últimos 20 años.

Luego del mega gasolinazo de principios de enero por el cobro de impuesto especial, el precio de las gasolinas en México ha subido 6.34 pesos en promedio durante los cinco años del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, esto es, un 56.50 por ciento hasta este viernes.

De enero de 2013, el precio de la gasolina Magna ha subido 5.76 pesos al pasar de 10.92 pesos por litro a 16.68 pesos; el de la Premium ha aumentado 6.95 pesos al ubicarse de 11.48 pesos a 18.43 pesos; y el del diésel ha incrementado 6.29 pesos al cambiar de 11.28 pesos a 17.57 pesos.

Los reportes financieros de Pemex revelan que de 2013 a la fecha se han incrementado sus niveles de importación mientras los de producción han caído. Su titular José Antonio González Anaya ha reconocido que algunas refinerías están paradas.

Los números reflejan el paro y deterioro. En 2017 ha producido en promedio 281.7 miles de barriles diarios de gasolinas en comparación con los 437.3 miles de barriles diarios que sus seis refinerías generaban en 2013.

En contraste, este año ha importado en promedio 542.7 miles de barriles diario frente a los 358.7 miles de barriles diario que traía en 2013 principalmente de Estados Unidos.

(Lea el reportaje completo en Sin Embargo)

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