Buscando un propósito para tu vida

A veces se deja de lado el proceso de reflexión sobre las cosas que más nos impactan. Esto, tiempo después, se ve reflejado en las actividades que realizamos. ¿Alguna vez te has preguntado si lo que haces te beneficia a ti mismo y a los demás?

Conforme pasan los años, son pocas las lecciones que recordamos con lucidez. Esto es porque algunos aspectos tuvieron un mayor impacto emocional, una impresión mental más fuerte, una experiencia con detalles que nos hacen pensar.

Justamente, cuando algo te hace pensar, es necesario comenzar a hacerse preguntas: ¿por qué pasa de esa manera?, ¿qué factores me parecen relevantes?, ¿cuál fue el foco de atención que más me llamó la atención?

Sin embargo, existen ocasiones que evitamos este proceso de reflexión y dejamos escapar pensamientos que pueden sernos de utilidad en un futuro.

Un diálogo común puede dejar una lección inolvidable; por ejemplo, un consejo de un padre a su hijo: «Desde mañana, no hablarás de lo que haces, sino que te preguntarás a ti mismo si has aprendido algo de ello, si has ayudado a alguien más y si realmente amas a lo que te dedicas».

Este proceso es funcional tanto para actividades cotidianas como para la vida laboral. Tener un propósito en la vida no es un hecho del azar, sino del pensamiento.

¿Alguna vez te has hecho las siguientes tres preguntas para saber qué dirección esta tomando tu vida?

1. ¿He aprendido algo nuevo?

Las personas suelen ser buenas en algo: un deporte, un trabajo, una profesión. Y una de las directrices en la sociedad actual es que esa habilidad debe ser mejorada cada vez más.

Esto no es algo erróneo. Si eres bueno y te gusta, debes seguir en esa misma línea. Pero lo que se debe tener en cuenta es que hay riesgo de quedar estancado en la monotonía.

¿Piensas hacer una sola cosa por el resto de tu vida? Si respondiste que no, pues entonces trata de ser más curioso y aprende algo a lo que siempre le tuviste miedo o que te parecía muy complicado.

Debes estar muy atento, porque quizá ya tienes conocimientos en otras áreas y ni siquiera te has puesto a pensar en ello. Pero, si no es así, debes poner aún más atención ya que podrías aprender algo nuevo de la gente que conoces a diario. Cada persona tiene más conocimientos que tú en algún tema, sea cual sea su naturaleza.

Si estás pensando en intentar algo nuevo, pero temes fallar, es necesario redefinir el significado de la palabra «fracaso».

La mejor sugerencia en este caso es no ver un fracaso, sino un primer intento en el aprendizaje de algo nuevo.

2. ¿Ayudas a las otras personas?

Si lo que quieres hacer beneficia a otros, si les afecta de forma positiva, tal vez la tarea sea más complicada, pero valdrá la pena.

Sabine Choucair, proveniente de Líbano, decidió convertirse en un payaso. Su trabajo, por más alegre que pueda ser, tiene un trasfondo más interesante. Ella pasó semanas en Lesbos, una pequeña isla en Grecia, en donde recibió a refugiados sirios, con el objetivo de brindarles un poco de felicidad.

Todas las actividades, por más comunes que parezcan, pueden potenciarse con un poco de ayuda a los demás. Afectar a alguien con relaciones basadas en la confianza no sólo trae buenos resultados en las nuevas actividades que decidas realizar, sino en otras experiencias de carácter laboral. Una personalidad de este tipo proyecta seguridad.

3. ¿Amas lo que haces?

Aunque esté al último, esta pregunta se complementa con las anteriores. Si vas a tener un propósito en esta vida, debes buscarlo con acciones que te hagan sentir satisfecho contigo mismo.

Uno no descubre las cosas que ama sin averiguar su propósito en la vida. Ahí es donde está la conexión.

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