La noche sin olvido de Chiapas: sismo de 8.2 grados

Ayer sentí miedo, aprendí a respetar el poder de la naturaleza, lloré por mi familia, por las personas que en un minuto y medio perdieron a sus seres queridos y gran parte de su patrimonio. No terminaba de comprender que había pasado, recuerda don Ricardo, habitante de Tuxtla Gutiérrez al hablar del terremoto de 8.2 grados en la escala de Richter que ocurrió la noche del jueves.

Caminar y tranquilizarse no fue una opción, para don Ricardo ni para las miles de familias en Chiapas quienes fueron testigos del más potente terremoto que se haya presentado en México en el último siglo.

Se derrumbaron viviendas, además de daños en establecimientos comerciales, edificios, vías de comunicación, corte de energía eléctrica, y desafortunadamente hubo también pérdidas de vidas humanas.

En todo el estado se dejó sentir este gran sismo, sin embargo, fue en los municipios costeros, donde se registraron los mayores daños a la población, como fue el municipio de Tonalá.

Tras el sismo de 8.2 grados que tuvo como epicentro la costa de Chiapas, Luis Alberto Brito Vázquez, Comandante de la VII Región Militar, había confirmado la muerte de ocho personas en los municipios de San Cristóbal de Las Casas, Pijijiapan, Villaflores, Jiquipilas, y Tuxtla Gutiérrez, con rangos de edades de 4 a 75 años.

Pero, conforme pasaban las horas, las autoridades actualizaban la cifra, la cual hasta la noche de ayer viernes, llegaba a las 12 víctimas mortales.

La tierra se movió sin piedad

El pánico colectivo era generalizado en cada región del estado, y es que la alerta de tsunami en los municipios de la Costa y las interminables réplicas que provocaban la alerta sísmica, fomentaba un miedo que nunca se había en décadas en Chiapas.

Esa noche fue eterna, las almas estaban deambulando en las calles, eran de las personas que no querían regresar a sus viviendas, por miedo de que se presentaran otros sismos y con ello la posibilidad de que las estructuras se vinieron abajo.

Las plegarias se elevaron al cielo para mantenerse a salvo, algunos no lograron sobrevivir. Las afectaciones también se prolongaron en tramos carreteros, en el kilómetro 177+300 se habilitó un carril con dirección de Raudales, Malpaso a Ocozocoautla, Chiapas. Además, en el tramo carretero 99+100 de la zona Tanatepec-Tuxtla hubo un cierre total por derrumbe. También se cerró el paso a automovilistas en el trayecto 082+100 En Tapanatepec-Ocozocoautla, debido al hundimiento del puente “La Cintal”.

Aunque las presas hidroeléctricas de Chiapas no registraron afectaciones mayores, en la capital se registraron 16 viviendas dañadas, 10 fugas de tuberías de gas, dos incendios en viviendas, dos afectaciones eléctricas, derrumbes de tierra, bardas caídas y afectaciones en la plaza Ámbar, el hotel Marriot y en el Parque Bicentenario.

En Cintalapa se registraron múltiples atenciones a personas con crisis nerviosas; en Arriaga, cinco derrumbes parciales; en San Cristóbal, bardas derrumbadas, dos museos dañados, una explosión de gas, afectaciones en viviendas y en vías de comunicación.

Apoyo de las Fuerzas Armadas

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que activaron 19 refugios temporales que albergaron a cinco mil 861 personas, aunque éstas en el transcurso del día fueron retornando a sus lugares de origen, después de que se descartó la alerta de tsunami.

Después del impacto de este fenómeno natural, se desplegaron más de mil 100 hombres hacia los municipios que resultaron más dañados; en Arriaga se instalaron dos refugios; en Tonalá, seis; en Mapastepec, ocho; en Pijijiapan, uno; en Tapachula, dos.

Las primeras víctimas del terremoto se dieron a conocer minutos despúes de ocurrido el fenómeno. Se trataba de tres integrantes de una familia del municipio de San Cristóbal de Las Casas, quienes perdieron la vida luego de que una barda se les viniera encima. El viernes fueron sepultados.

Las personas que lamentablemente perdieron la vida son: Irene Hernández García de 47 años años, Anahí Cruz Hernández de 15 años y José Luis Hernández de 16 años, los tres originarios de la colonia La Hormiga, del municipio de San Cristóbal de Las Casas. Además, a causa del sismo también fallecieron Georgina Montoya de 66 años en el municipio de Pijijiapan; Kevin Hidalgo Molina de apenas cuatro años y lo mismo ocurrió con Romeo Sánchez Nucamendi de 12 años, ambos de Villaflores.

En Jiquipilas murió Lilia Cruz Arce de 75 años y también Otelina Jiménez Domínguez de 73 años, ella perdió la vida en Tuxtla Gutiérrez.

Con la llegada de los primeros rayos del sol, la estela de desolación por el terremoto era innegable. En la capital del estado, varias viviendas presentaban daños parciales, sobre todo de aquellas hechas de adobe, donde las familias fueron testigos de la destrucción que había provocado el terremoto a sus viviendas.

Después del terremoto, los chiapanecos intentan regresan a su vida cotidiana, aunque esto pudiera llevar varios días o semanas, pues con las constantes réplicas el miedo regresa, junto con la incertidumbre de lo que pudiera ocurrir, pues la naturaleza puede tener todo menos palabra de honor.

(Con información de Cuarto Poder de Chiapas)

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