Indígenas rechazan la Gendarmería Ambiental

Pobladores de 16 comunidades asentadas en la Selva Lacandona que participaron en el Primer foro regional sobre la defensa de la tierra, vida y territorio, rechazan el despliegue de la Gendarmería Ambiental en aquella región del estado.

Señalaron los comuneros que lo manifestado a los empresarios y al gobierno que se reunieron en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP13), en Cancún, es que nosotros somos los que cuidamos nuestro territorio.

Aquí nacimos y aquí vamos a morir, sentenció Abelardo Cruz Jiménez, líder del ejido Amador Hernández, donde se llevó a cabo el encuentro.

Por su parte, el catequista Alejandro Martínez Hernández, advierte que los programas y proyectos de gobierno han sembrado la división porque sólo favorecen a quienes siguen sus intereses.

El objetivo principal del foro realizado la semana pasada fue fortalecer la unidad que en la selva en donde se asientan los pueblos indígenas desde la década de 1970, para que no sea fácil que ganen los gobiernos y las empresas que quieren nuestro territorio.

Por ello, argumentó que el mejor camino es unir la fuerza y plantear juntos lo que nosotros queremos, para estar unidos hay que buscarnos y encontrarnos, ir al encuentro de nuestros compañeros.

Dijeron que han analizado que ahora es un momento especial para volver a la unidad porque «nuevamente nuestro territorio está en riesgo».

Rosa Gómez Jiménez, otra de los asistentes a la reunión, dijo que rechazan la presencia de la Gendarmería Ambiental porque somos los que cuidamos nuestra tierra. “Aquí nacimos, aquí nacieron nuestros abuelos y aquí vamos a morir”, reiteró.

Álvaro Ruíz Jiménez, habitante de Amador Hernández, explicó que se reunieron pobladores de 16 comunidades “para defender nuestro territorio y manifestar nuestro rechazo a la presencia de la Gendarmería Ambiental que se intenta establecer en nuestro territorio, supuestamente para el cuidado de nuestra tierra”.

Nosotros como indígenas no estamos de acuerdo con esta decisión porque no necesitamos que extraños nos vengan a cuidar, ya que hemos venido cuidando la selva; basta voltear a nuestro alrededor para ver la vegetación, agregó.

Desmintió que nosotros somos quienes estamos destruyendo la selva, todo lo contrario, desde la creación de cada una de nuestras comunidades nos hemos dedicado a cuidar el medio ambiente porque es de ahí mismo que producimos para satisfacer nuestras necesidades.

Por ello, dijo no estar de acuerdo en que entren estos grupos de policías que «supuestamente quieren cuidar nuestras tierras».

Aseguró que «nadie nos ha consultado las políticas que el gobierno quiere hacer en nuestro territorio, como indígenas sabemos que la contaminación surge de las ciudades».

Sin ir tan lejos, en Ocosingo se da uno cuenta una de que hay contaminación y acusó que los que verdaderamente están contaminando el planeta son de las grandes ciudades y sus vehículos, sus sustancias tóxicas, aserraderos que la misma Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autoriza para que extraigan los recursos.

Cruz Jiménez manifestó que en 1950 sus padres eran peones acasillados en la Finca El Rosario y trabajaban de mozos, de gratis. Ellos nunca pudieron hacer una asamblea para buscar una mejor forma de vida”, pero “gracias a la Revolución Mexicana empezaron a buscar mejor camino en las cañadas de la selva Lacandona”.

Recordó que en 1967 el obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz García convocó a una capacitación de catequesis a la que muchas personas asistieron y empezaron a organizarse; en 1972, cuando el gobierno de Luis Echeverría decretó que más de 614 mil 321 hectáreas pertenecían sólo a 66 familias de la etnia lacandona, 26 poblados fuimos afectados. Algunos como Amador Hernández ya teníamos resolución presidencial y dijimos que no íbamos a salir de aquí porque fuimos los primeros que llegamos a la selva.

Nos hicimos más fuertes en el movimiento por la defensa de nuestros derechos, porque aquí estamos un pueblo y aquí vamos a estar.

En 1974 Ruiz García convocó al Congreso Indígena en San Cristóbal de Las Casas, donde nos reunimos las etnias tzotzil, tzeltal, tojolabal y chol. Ahí nació la unidad y el sentir de que somos un pueblo que perdimos cosas de nuestra cultura, por haber sido acasillados en las fincas.

“Ddon Samuel dijo como ejemplo que había una olla de barro quebrada, pero que todos los pedazos se podían levantar y volver a formar una olla; eso fue una parábola de los servidores catequistas, diáconos y principales de la Iglesia, para que se mezclara con la cultura de nuestros pueblos.

En 1975 en el primer aniversario se forma la organización Quiptic Ta Lecubtesel como estructura de catequistas que fueron servidores del pueblo. Entre los años 1970-1980 fue un desarrollo de la comunidad porque el pueblo era el mismo que elegía a sus servidores y no eran servidores para el Estado, sino servidores para el pueblo.

En 1981 hicimos una movilización grande en la capital de Chiapas, llegamos a Palacio de gobierno habitantes de cinco cañadas de la selva y después de eso nos entregaron las resoluciones presidenciales para garantizar el derecho a la tierra a favor de los 26 poblados afectados.

En 1994 se dio a conocer la existencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y en 1999 aquí en Amador Hernández hicimos una gran movilización política porque entró el ejército a esta zona.

Los comuneros aseguran tener la información de que en la región de la selva podrían explotar los pozos petroleros o los minerales que hay en la zona, pero la gente trabaja para que esto no pase. (Con inforamción de Contra Poder en Chiapas)

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