Hunde gobierno estatal a Chiapas

La situación social en Chiapas es apremiante. El Índice de Desarrollo Humano en varios municipios de la entidad es similar al del África subsahariana, en la que el círculo de la pobreza es de características irreversibles.

Este dato, por sí solo, debía de obligar al gobierno a actuar con responsabilidad y compromiso para incorporar al gabinete a los mejores hombres y mujeres de Chiapas, con el fin de emprender un conjunto de acciones que permitieran mejorar las condiciones sociales.

Pero en lugar de hacerlo, ahora resulta que la entidad tendrá que devolver más de mil 500 millones de pesos que no ejerció en el Ramo 23, en la que una de las características de este fondo federal son recursos para el combate a la pobreza en los municipios.

A días de que concluya el 4º año de gobierno, se continúan con ocurrencias e irresponsabilidades, lo que denota la falta de proyecto de gobierno y peor aún, la falta de talento para nombrar a colaboradores eficaces y comprometidos con la transformación de la vida pública.

El gobernador no lo sabe todavía, pero con su inacción política y la parálisis de su gabinete, su gobierno ya concluyó, y desafortunadamente para Chiapas, con muy pobres resultados.

Esto significa que agotó antes de tiempo el capital político que fue construyendo,  mismo que le permitió ganar la gubernatura con un millón 300 mil votos, que representa la votación más alta obtenida en la historia de las elecciones en Chiapas.

Manuel Velasco es un producto de la publicidad, que se construyó mediáticamente y en permanente interacción con las encuestas, lo que le permitió visualizar la toma de decisiones para asegurar su futuro. En este sentido, su carrera política fue diseñada adecuadamente  para alcanzar meteóricamente la gubernatura de la entidad.

Sin embargo, en el proceso de su proyecto político falló algo que es fundamental,  formación y capacitación intelectual para la toma de decisiones hacia la construcción de gobernanza, con eficiencia y eficacia.

Es así como ya transcurrieron dos terceras partes del tiempo de su gestión, y no se visualizan que vaya a existir una mínima mejora social, que justifique la millonaria inversión en política social que Chiapas ha tenido en la última década y menos si existen presidentes municipales que no son capaces de desarrollar proyectos de inversión, que permita el ejercicio del Ramo 23, en el que se devolvió a la secretaría de hacienda el 96.4% del monto total de esos recursos destinados para la entidad.

Este gobierno nunca entendió que los perfiles curriculares de las personas si son relevantes para la toma de decisiones, por eso esta condición de preparación de los funcionarios no han tenido importancia alguna a la hora de nombrar el gabinete y los cambios que ha habido.

Este gobierno en lugar de incorporar a los especialistas o a los que más saben de los problemas sobre Chiapas, se ha empecinado en la designación de funcionarios diletantes, que brillan por su ignorancia y que poco pueden hacer ante los retos que significa mejorar las condiciones socioeconómicas de la entidad.

Sin duda, la mayoría de los problemas y la desigualdad social tienen soluciones. Pero tal parece, que con la mayoría de los nombramientos realizados, el actual gobierno ya se dio por vencido y sólo está en espera del desenlace final. (Con información de José Adriano Anaya)

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